martes, 5 de abril de 2011

Cultura alternativa vs. Cultura marginal


Un aspecto fundamental para la transformación social es la cultura. Cultura, no solo como acumulación de conocimiento, sino como hábitos, costumbres y conciencia de la función y el papel que se juega como individuo en el seno de un colectivo determinado de la sociedad. A su vez, representa un elemento de identificación con dicho colectivo, con unas ideas de transformación, con un proyecto. A partir de aquí, la propuesta cultural puede ser de consumo (usar-tirar), “oficial” o alternativa.


En el caso de la alternativa debe estar orientada a la superación de los hábitos culturales reaccionarios o conservadores, manteniendo aquellas facetas netamente populares; que parten del pueblo y sirven al pueblo como elemento de comunicación e interacción. Esta cultura debe servir, además, para fomentar otro tipo de relaciones en condición de igualdad, solidaridad, libertad y fraternidad. Asimismo, debe haber un alto contenido de formación. Para la transformación de la realidad hay, primero, que conocerla. Partiendo de un desconocimiento absoluta de lo que nos rodea (1) no veremos los aspectos nocivos, y por tanto (2) no habrá una intención de cambiar esas taras, o de superarlo por completo.


Ese es, a mi entender, el papel que debe jugar la acción cultural. Se resume en dos facetas: la formativa y la de creación popular, nunca artificial. Esta creación artificial acostumbra a venir de la mano de movimientos “vanguardistas” que pretenden transformar la realidad a base de romper con ella. Un divorcio con la realidad no la modifica, te excluye del acceso a la clase trabajadora y a las clases populares, motores de todo cambio social. De aquí surgen las culturas marginales, que por muy buenas intenciones que puedan tener se chocan contra el muro del idealismo que cerca a un entorno demasiado limitado toda propuesta de cambio de paradigma.


No era extraño, pues, que el título expresara la tesitura entre cultura alternativa y cultura marginal. Uno de los aspectos fundamentales que diferencian a una de la otra es el curso de las teorías sobre transformación cultural. La alternativa analiza, interpreta para luego actuar (dentro de las posibilidades). La marginal, teoriza más de lo que actúa. Un ateneo, un club de lectura, una asociación de carácter lúdico puede ser mucho combativo en este aspecto que una organización nominalmente revolucionaria que tenga un radio de actuación centrado en personas con un corpus ideológico ya formado. Puede servir para debatir y profundizar sobre aspectos determinados, pero nunca llevará a cabo actos determinantes.

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