viernes, 11 de noviembre de 2011

Conversaciones de bar, facebook y twitter

Después de tener un día en el que he vuelto a la actividad tengo que comentar algunos temas que han marcado mis debates personales, con colegas de la universidad y de mi entorno más próximo. Van sobre cultura, política, etc. Son sueltos, y los expondré de forma aleatoria y simple, sin mucho desarrollo. Pinceladas simplemente.

Películas con mensaje social

Últimamente me ha dado por buscar el contenido social a todas las películas que veo. Aunque parezca mentira he acabado descubriendo que hasta las películas más comerciales, convencionales y pastelones del cine yankee pueden tener su contenido social. En este sentido, las últimas películas que ha visto quien escribe estas líneas son: En tierra peligrosa (de Steven Seagle) y El origen del Planeta de los simios. Dos películas que no tienen nada que ver, pero que se desarrollan a partir de una cuestión similar: la avaricia de grandes empresas, el afan por acumular capital y las consecuencias perversas del capitalismo salvaje. Realmente no proponen alternativas serias al actual sistema pero si que reflejan que existe una rabia hacia lo existente y unas ganas por demostrar que, o cambiamos las cosas o esto revienta.


Política. Política de base o política de cúpulas

Y todas las reflexiones siempre tienen que ver con el día a día. Una persona que cree que el mundo debe cambiar, y lo cree profundamente, actúa cada día para que esto pase. Actúa primero para convencer a la gente que tiene más cerca. Hay personas que se convencieron un día, convencieron a unos pocos y se prepararon un trampolín para poder vivir en los despachos. Otras, en cambio, no se conformaron nunca de convencer a la gente. Pelean cada día porque se suman más personas al movimiento de respuesta a las condiciones de miseria y precariedad que nos lleva la economia capitalista. Estas personas, entre las que me incluyo, acostumbran a tener una vida más gratificante, en las pequeñas cosas, con sus obstáculos y sus ratos malos, pero con el premio de tener la seguridad de estar construyendo algo nuevo diariamente; sin actos espectaculares ni grandes elogios, pero sumando persona a persona al cambio que ha de llegar.

Sembrar contradicciones en el sistema

No es tan difícil como puede parecer. Hay que tener en cuenta que las fuerzas represivas están a nuestro alcance. Podemos sorprenderlos con un acercamiento; intentar que reciban unas descargas de energía nueva, energía ideológica. Volcar algunas herramientas de la agitación y la propaganda hacia aquellas personas que trabajan en y para el sistema, pero que proceden de las clases subalternas. ¿Y por qué no? Solo es cuestión de ir probando, de ir sumando cada vez más gente y de ir restándole al enemigo efectivos. Esto es una lucha de ideas, una lucha ideológica. ¿Vamos a renunciar, a caso, a espacios valiosos?

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